jueves, 11 de junio de 2009

Irracionalidad

"La mente humana es perezosa. Se autoperpetúa a sí misma, es llevada de su parecer y con una alta propensión al autoengaño. En cierto sentido, creamos el mundo y nos encerramos en él. Vivimos enfrascados en un diálogo interior interminable donde la realidad externa no siempre tiene entrada. Buda decía que la mente es como un chimpancé hambriento en una selva repleta de reflejos condicionados. Tu mente, al igual que la mía, es hiperactiva, inquieta, astuta, contradictoria. La mente no es un sistema de procesamiento de la información amigable, predecible y fácilmente controlable, como ocurre con muchos computadores; nuestro aparato psicológico tiene intencionalidad, motivos, emoción, expectativas de todo tipo. La mente es egocéntrica, busca sobrevivir a cualquier coste, incluso si el precio es mantenerse en la más absurda irracionalidad."

Walter Riso: Pensar bien, sentirse bien (Ed. Norma)


"Desde la perspectiva de la psicología social, algunos autores han denominado a este fenómeno de resistencia al cambio perseverancia en las creencias. Este principio sostiene que, una vez se inculque una idea, así sea falsa, es sorprendentemente difícil modificarla o eliminarla. Si las personas ya han internalizado la creencia y han establecido las razones para sustentarla, la defenderán a toda costa. Este aspecto marca la esencia de la irracionalidad humana: una vez instaurados, los esquemas tenderán a perpetuarse, sean negativos o positivos. La hipótesis que surge de lo anterior es que probablemente exista algún mecanismo muy enraizado en la naturaleza humana que actúa ciegamente sin ser capaz de discriminar qué información es adaptativa y qué información es maladaptativa, cuál merece ser defendida y cuál debe ser descartada por inútil o peligrosa."

Walter Riso: Terapia cognitiva. Fundamentos teóricos y conceptualización del caso clínico (Ed. Norma)


“El método principal para reemplazar una creencia irracional por una racional se llama refutación o debate y es, básicamente, una adaptación del método científico a la vida cotidiana, método por el que se cuestionan hipótesis y teorías para determinar su validez. La ciencia no es solamente el uso de la lógica y de datos para verificar o rechazar una teoría. Su aspecto más importante consiste en la revisión y cambio constantes de teorías y los intentos de reemplazarlas por ideas y conjeturas más útiles. Es flexible en lugar de rígida, de mente abierta en lugar de dogmática. Lucha por una mayor verdad, pero no por una verdad perfecta y absoluta. Se adhiere a datos y hechos reales (los cuales pueden cambiar en cualquier momento) y al pensamiento lógico (el cual no se contradice a sí mismo manteniendo simultáneamente dos puntos de vista opuestos). Evita también formas de pensar rígidas, como “todo-o-nada” o “uno-u-otro”, y acepta que la realidad tiene, por lo general, dos caras e incluye acontecimientos y características contradictorios. El pensamiento irracional es dogmático y poco funcional y el individuo se evalúa a sí mismo, a los demás y al mundo en general, de una forma rígida. Dicha evaluación se conceptualiza a través de exigencias absolutistas, de los “debo” y “tengo que” dogmáticos (en vez de utilizar concepciones de tipo probabilista o preferencial), generando emociones y comportamientos poco funcionales que interfieren en la obtención y logro de metas personales.”

Vicente E. Caballo y otros: Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos (Ed. SigloXXI)