viernes, 23 de enero de 2009

Vencer la timidez

Las personas tímidas a menudo manifiestan dos características que influyen negativamente en su conducta: poseen un alto nivel de ansiedad y carecen de las necesarias herramientas para comunicarse. Pero todo se puede aprender, también a actuar como los extravertidos, a hacer amigos y a establecer contactos; no es mucho más difícil que llegar a saber alemán o física.

Controle el tono de voz: Los tímidos se «comen» las letras y las sílabas y hablan en un tono de voz tenue, porque no se atreven a hablar más alto. Especialmente en el saludo y en las frases de cortesía, esas que no tienen gran significado, los inhibidos no hacen más que farfullar sonidos que apenas se parecen a lo que en principio se está diciendo. El efecto que se produce no es bueno.

Mire al interlocutor: Mirar a los ojos de la persona con la que se habla, es lo normal; la comunicación se da a través de varios canales; tan importante como lo que se dice con las palabras es lo que se comunica con la mirada.

Póngase guapo/a: No somos como los artistas de cine, pero podemos sacar un buen partido de nuestro aspecto.

Salude a todo el mundo: Durante la próxima semana diga «Buenos días», «Hola, qué calor/frío» o cualquier cosa parecida a la gente con la que se cruce por los pasillos o comparta el ascensor. A lo mejor alguno se sorprenda por ello, pero lo más probable es que todos le respondan.

Ensaye ciertos cumplidos: Esos comentarios que salen con tanta fluidez en los extravertidos parecen no aflorar nunca en la boca de los tímidos.

Conozca a gente: No se quede en casa. Salga todo lo que pueda; vaya a cafeterías, presentaciones, librerías, exposiciones, inauguraciones, cine, eventos deportivos; acepte invitaciones, contrate un viaje turístico, etcétera. Si un amigo o familiar puede acompañarle, mejor; dos personas establecen más fácilmente contacto con otras que una sola, pero si no es posible, acuda solo. No olvide que ahora lo importante no es la calidad, sino la cantidad: trate de conocer a mucha gente.

Tenga algo que decir: Es obvio que en una conversación se habla de algo. Sepa cosas, lea los periódicos, vea la tele, escuche la radio, esté al día, vaya al cine, esté enterado, fórmese su propia opinión de las cosas, así tendrá algo que decir, seguramente interesante.

Sepa escuchar: No todo el mundo lo sabe hacer; escuchar no es una actividad pasiva, ni siquiera es totalmente silenciosa. La «escucha activa», que es lo mismo que la escucha inteligente, implica poner atención en lo que la gente está diciendo de modo que no sólo se obtienen datos derivados de la conversación, sino claves de la personalidad del hablante.

Extraído de
Pilar Varela: Tímida-mente. Cómo superar los problemas de timidez (Ed. La esfera de los libros)