sábado, 10 de diciembre de 2011

Esquemas erróneos

“A menudo los esquemas cognitivos [...] que son erróneos resultan difíciles de cambiar. Dos factores parecen ser los más importantes: en primer lugar, [...] el problema puede deberse en parte a la dificultad que tienen las personas (incluso los terapeutas de orientación científica) para realizar un "cambio de paradigma", renunciando a una hipótesis a veces precisa por otra menos familiar; en segundo término, [...] suele suceder que la gente encuentra modos de adaptarse, de extraer beneficios a corto plazo con esquemas fundamentalmente desviados que a largo plazo restringen o limitan su capacidad para enfrentarse a los desafíos de la vida.”

“Con respecto a1 primer problema, [se] recomienda el uso terapéutico de una variedad de ejemplos del error que produce un esquema particular (de modo que pueda verse cómo gravita su efecto de distorsión [...), y la explicación repetida de las consecuencias de una alternativa no distorsionada.”

“E1 segundo problema no es tan susceptible de ser tratado. Por ejemplo, cuando los pacientes adaptan su vida para compensar sus ansiedades, deben cambiar de vida y enfrentarse a esas ansiedades para cambiar ellos mismos. [...] Si bien la estructura esquemática puede ser incómoda, limitante y solitaria, el cambio significa entrar en un territorio nuevo y extraño.”

“Como lo atestigua la extensa literatura sobre las profecías de autocumplimiento, es posible realizar predicciones sistemáticamente distorsionadas a partir de esquemas erróneos, y no obstante vivir de un modo congruente, porque se restringe la asunción de riesgos y no se ensayan esquemas alternativos más exactos.”

“Aunque fenómenos tales como los pensamientos, sentimientos y deseos se limiten quizás a pasar fugazmente por nuestra conciencia, las estructuras subyacentes responsables de esas experiencias subjetivas son relativamente estables y persistentes. Además no son en sí mismas conscientes, aunque por medio de la introspección podemos identificar su contenido. Sin embargo, a través de procesos conscientes tales como el reconocimiento, la evaluación y la puesta a prueba de sus interpretaciones (técnicas básicas de la terapia cognitiva), las personas pueden modificar la actividad de las estructuras subyacentes [esquemas] y en algunos casos cambiarlas sustancialmente.”

Aaron T. Beck y otros:  Terapia cognitiva de los trastornos de personalidad  (Ed. Paidós)