lunes, 13 de diciembre de 2010

Modelo cognitivo de la ansiedad

“En la terapia cognitiva de la ansiedad y de la depresión, los pacientes son instruidos en un idioma muy básico: “La forma en que piensas afecta a la forma en que te sientes”. Esta simple afirmación es la piedra angular de la teoría y terapia cognitivas de los desórdenes emocionales, y sin embargo los individuos a menudo no reconocen cómo sus pensamientos afectan a su estado de ánimo.”

“Dada la experiencia de intenso e incontrolable estado de alerta a menudo presente durante la ansiedad aguda, es comprensible por qué aquellos que sufren pueden no reconocer sus bases cognitivas. No obstante esta falta de reconocimiento, la cognición juega una importante función mediadora entre la situación y el afecto.”

Los individuos asumen normalmente que las situaciones y no las cogniciones (es decir, valoraciones) son las responsables de su ansiedad. Tome, por ejemplo, cómo se siente usted en el período anterior a un importante examen. La ansiedad puede ser alta si usted espera que el examen sea difícil y duda de su nivel de preparación. Por otro lado, si usted espera que el examen sea fácil o se siente confiado en su preparación, la ansiedad puede ser baja. Lo mismo es cierto para el hecho de hablar en público. Si usted valora a su audiencia como amistosa y receptiva a su discurso, su ansiedad será más baja que si usted evalúa a su audiencia como crítica, aburrida o refractaria a sus palabras. En cada ejemplo no es la situación (p.e., haciendo un examen, dando un discurso o teniendo una conversación casual) la que determina el nivel de ansiedad, sino más bien cómo la situación es apreciada o evaluada. Es la forma en que pensamos lo que tiene una poderosa influencia sobre si nos sentimos preocupados o tranquilos.”

“La perspectiva cognitiva puede ayudarnos a comprender algunas contradicciones aparentes en los problemas de ansiedad. ¿Cómo es posible tener tanta ansiedad sobre una amenaza irracional y altamente improbable (p.e., que pueda quedarme de repente sin respiración), y sin embargo reaccionar tranquilamente y sin aparente ansiedad ante los peligros más realistas (p.e., desarrollando un cáncer de pulmón por una adicción crónica a la nicotina)? ¿Qué es lo que cuenta para la naturaleza altamente selectiva y situacionalmente específica de la ansiedad? ¿Por qué es la ansiedad tan persistente a pesar de las repetidas no ocurrencias del peligro anticipado?”

“¿Por qué la ansiedad persiste a pesar de la ausencia de peligro y los evidentes efectos desadaptativos de este sumamente aversivo estado emocional?”

“La perspectiva cognitiva de la ansiedad se centra en la noción de vulnerabilidad. Beck, Emery y Greenberg (1985) definen vulnerabilidad “como la percepción que una persona tiene de sí misma como sujeto a peligros internos y externos sobre los que le falta control o éste es insuficiente para aportarle una sensación de seguridad. En los síndromes clínicos, la sensación de vulnerabilidad es exagerada por ciertos procesos cognitivos disfuncionales”.

“En la ansiedad, este aumentado sentido de vulnerabilidad es evidente en las apreciaciones parciales y exageradas que el individuo hace sobre el posible daño personal en respuesta a estímulos que son neutrales o inocuos. Esta primaria apreciación de la amenaza supone una perspectiva errónea en la cual la probabilidad de que ocurra el daño, y su severidad percibida, son altamente sobreestimadas.”

David A. Clark y Aaron T. Beck:  Cognitive Therapy of Anxiety Disorders (Guilford Publications)